Fuente: CEV
Mensaje de los obispos 31 de julio.
1.- Ante el anuncio por parte del CNE de los resultados de la elección presidencial del pasado 28 de julio, se ha generado una gran inquietud en amplios sectores de la población.
2.- Por tal motivo, reiteramos nuestro llamado a hacer relucir la voluntad popular expresada en las urnas. Esta es no sólo una exigencia de la legislación venezolana, sino también ética. Solo así se impondrá la verdad de los hechos sobre cualquier posible manipulación de los mismos, y reinará la paz y la confianza en todos los venezolanos.
3.- La inquietud y malestar generado en la ciudadanía se ha expresado, entre otras cosas, en las diversas manifestaciones que, en el ejercicio de los derechos ciudadanos contemplados en la Constitución (cf. Art. 68) y en las leyes de la República, se han realizado a lo largo y ancho del territorio nacional, con la numerosa participación de ciudadanos de toda condición social.
4.- Desafortunadamente, algunas de estas manifestaciones, se han visto ensombrecidas por hechos violentos que han causado la muerte de algunas personas, numerosos heridos y detenidos, y la destrucción de bienes materiales.
5.- Afirmamos también con decisión que la vida y la dignidad de cada persona deben ser respetados y custodiados. Por eso, condenamos toda manifestación de violencia, venga de donde venga. Lamentamos las muertes y heridos que se han dado tanto entre los manifestantes como en los miembros de los cuerpos de seguridad. Nos solidarizamos con sus familiares y allegados. Pedimos a los órganos del Estado, y en especial las fuerzas policiales y militares, que cumplan su misión de garantizar el orden público, conforme a lo establecido en las leyes, evitando cualquier posible abuso. (cf. Constitución de la República Bolivariana de Venezuela Art. 328, 329 y 332)
6.- Hacemos un llamado a todos los actores políticos a abandonar el lenguaje de descalificación y confrontación que tanto daño ha causado a nuestro país. Los invitamos, por el bien de todo el pueblo de Venezuela, a buscar caminos de diálogo político y encuentro ciudadano. Venezuela necesita del concurso de todos sus hijos.