Sondeo indicó que Lula lideraba por cerca del 50% contra 45% de Bolsonaro
Se instala el desenlace del duelo en Brasil para conocer al nuevo presidente que estará durante cuatro años frente al ejecutivo del gigante suramericano. Lula Da Silva y Jair Bolsonaro lucharon hasta último minuto para ser el próximo mandatario de un Brasil que ha tenido 38 dirigentes.
Los candidatos, a una semana del capítulo final de esta historia electoral, eligieron la ciudad de Sao Paulo, la más poblada del país suramericano, para apostar a la búsqueda del voto de los electores indecisos y los que piensan votar en blanco en la segunda vuelta el domingo.
Bolsonaro, del Partido Liberal (PL), apostó a una agenda basada en valores y actitudes de comportamiento, durante su visita a un templo evangélico, mientras que Lula optó por exponer su programa económico de mayor valor del salario mínimo y el reinicio del Programa de Aceleración del Crecimiento enfocado en infraestructura.
«Les pido un voto de confianza a quienes no se han decidido. Estamos en el camino correcto, con la economía siendo una de las que mejor funciona en el mundo actualmente. Hay gente que cree que todos los políticos son iguales y termina anulando o votando en blanco», expresó Bolsonaro en la sede de la Iglesia Mundial del Poder de Dios.
Bolsonaro dijo que entre sus prioridades está combatir iniciativas sobre liberación de drogas y flexibilización de normas para el aborto.
Por su parte, Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT), convocó a la prensa a afirmar que su plan de mayor valor del salario mínimo y de las jubilaciones no generará inflación, en caso de vencer en la segunda vuelta electoral.
«Antes de mi primer gobierno se decía que había inflación si se aumentaban los salarios, pero lo que ocurrió fue que ninguna inflación fue causada por el aumento del salario real, con aumento del poder de compra», dijo Lula.
Durante la primera vuelta electoral en Brasil, Lula da Silva obtuvo el 48,4 % de los votos frente al 43,2 % de Bolsonaro.
Bajan el tono
En medio de un ambiente crispado, Lula da Silva dijo el lunes que espera que Jair Bolsonaro acepte el resultado de las urnas si es derrotado en el balotaje presidencial este domingo.
«Espero que si gano las elecciones, (Bolsonaro) tenga un momento de cordura y me llame para aceptar el resultado de las elecciones», dijo Lula en una conferencia de prensa en Sao Paulo.
«Perdí tres elecciones. Cada vez que perdí, me fui a casa. No seguí insultando, nervioso», agregó el candidato del Partido de los Trabajadores (PT).
El líder de ultraderecha Bolsonaro ha cuestionado repetidamente el sistema de votación electrónica de Brasil y ha amenazado con no aceptar el resultado.
Sin embargo, en las últimas semanas ha bajado el tono de sus comentarios, en un intento por cortejar a los votantes indecisos.
Lula, que ya gobernó Brasil entre 2003 y 2010, tiene cerca del 50% de los votos válidos de cara a la segunda vuelta, frente al 45% de Bolsonaro, según una encuesta publicada la semana pasada por el instituto Datafolha. La diferencia entre ambos está dentro del margen error.
Los adversarios tendrían este viernes un debate final cara a cara.
«La estrategia de cualquier candidato es primero tratar de convencer a la gente que no votó por cualquier razón para que se presente y vote», dijo Lula, consultado sobre la búsqueda de quienes se abstuvieron en la primera vuelta del 2 de octubre.
«Esta elección definirá si queremos vivir en democracia o bajo la barbarie o el neofascismo. Eso es lo que está en juego. Espero que la gente elija la democracia», aseguró.
Campaña agresiva
Brasil ha sido objeto de una campaña electoral polarizada y agresiva, marcada por insultos y desinformación de ambos lados.
Bolsonaro busca un segundo mandato después de cuatro años en los que fue criticado por su manejo de la pandemia del coronavirus y una serie de declaraciones controvertidas sobre las mujeres, la prensa, las minorías y choques permanente con la corte suprema.
Por su parte, Lula está buscando un regreso al poder después de pasar 18 meses en la cárcel cumpliendo cargos por corrupción, en procesos luego anulados, derivados de la investigación por un esquema de sobornos masivos en la petrolera estatal Petrobras.
Lula había llegado a la primera vuelta como claro favorito, sin embargo, Bolsonaro se desempeñó mejor de lo que sugerían las encuestas.
Fuente: El Universal.