Lic. Alberto Arana #LAVICTORIAALDIA.COM.VE
Venezuela, país de los paisajes y senderos más maravillosos del mundo que te conducen a la gran aventura de recorrerla, conocerla y llevarla como buen venezolano en el corazón, al igual de las personas que vienen de otras latitudes extranjeras que de seguro se llevan en la memoria el más amplio deseo de volver a ella.
En esta oportunidad daremos a conocer uno de los lugares emblemáticos ubicado al sur del Municipio José Félix Ribas – La Victoria del Estado Aragua, un ambiente natural si bien podemos decir, alterado por el ser humano arquitectónicamente que le da un increíble atractivo turístico y que es visitado diariamente por muchas personas para realizar diferentes actividades físicas y deportivas como: corredores, senderistas, ciclistas, entre otros, haciendo de éste un espacio propicio para la recreación y esparcimiento de todos, ¿pero cómo se llama este maravilloso lugar? lo conocemos como “El Cerro de La Bandera”, donde están situados los monolitos del “Monumento de la Juventud”, nombrado así en honor a los cientos de jóvenes que participaron en la gesta heroica e independentista de la Batalla de la Juventud los días 11, 12 y 13 de febrero de 1814.
El Cerro de La Bandera es, un atractivo turístico para los visitantes locales y los que viven fuera de la jurisdicción convirtiéndose en el preferido de niños y adultos e incluso personas de la tercera edad que disfrutan la máxima aventura de la popular zona, de hecho, está estratégicamente ubicado, ya que se convierte en un magnífico mirador, pudiendo visualizar la panorámica de La Victoria en su perímetro central, como también se pueden observar las inmediaciones de las zonas Norte, Sur, Este y Oeste.
Entrando ya en materia ecológica y ambiental, de acuerdo con Mayer y Frantz (2004), “La conectividad con la naturaleza es un vínculo afectivo entre el ser humano y la naturaleza, caracterizado por un sentido de pertenencia igualitaria al ecosistema, y de interdependencia entre el individuo y su ambiente, respecto a su bienestar mutuo”.
Por eso, la educación ambiental y el sentido de pertenencia hacia el medio ambiente deberían ser carta de referencia de cada usuario que utiliza estos espacios, para su resguardo en el tiempo.
El cerro es un área muy vulnerable en épocas de sequía, su vegetación sufre la inclemencia de los incendios forestales provocados en su mayoría por la mano inconsciente del mismo ser humano en estos eventos, pero no es nuestra intensión de alarmar, ya que existen cuerpos de prevención y que resguardan el lugar, para ello están los Guardaparques (Imparques) destacados allí, junto con la colaboración de otros cuerpos del estado como los Bomberos de Aragua, Protección Civil y Bomberos Voluntarios.
Este entorno tiene un gran valor para actividades recreativas y atléticas, un desarrollo cultural con la posibilidad de un turismo diferente y comprometido con el medio ambiente desde allí se pueden observar en casi todas las tardes victorianas, los hermosos e imponentes “Ocasos de Sol”.
Nuestra recomendación para todos los que visitan este excelente mirador y de encuentro es de no dejar los desechos inorgánicos y sintéticos como: botellas para líquidos, vasos, bolsas, envoltorios de caramelos y galletas, palitos plásticos para chupetas, tapabocas, entre otros. Por los momentos, el parque no cuenta con ningún tipo de señalizaciones e incluso de contenedores y avisos alusivos a las normas internas del lugar, queda abierto el sentido común de cada uno de nosotros para mantener el lugar óptimo y así poder disfrutar y vivir la gran aventura que nos brinda este esplendoroso lugar, porque por ello es muy significativo la conservación de éste parque y de la biodiversidad allí existente, que depende en gran medida de nuestra acción como ser humano consiente de la subsistencia del medio ambiente donde nos movilizamos y hacemos vida.
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