Fuente: DWEspañol
Según la organización humanitaria, la cifra real es casi un 25% más de lo que reflejan las estadísticas oficiales porque estas no cuentan el empleo informal y doméstico. Uno de cada cinco niños se ve obligado a trabajar.
Más de medio millón de niños, niñas y adolescentes se ven obligados a trabajar en Honduras para subsistir, lo que supone el 20 % de la población de entre 5 y 17 años, según la organización humanitaria Visión Mundial, que este lunes (22.05.2023) pidió más esfuerzos para acabar con el trabajo infantil. «Más de 500.000 niños y niñas se encuentran trabajando en Honduras» para sobrevivir, dijo a EFE el director del proyecto Futuros Brillantes de la organización Visión Mundial, Jorge Valladares.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el número de niños en situación de trabajo infantil alcanza los 411.000 en Honduras, pero Valladares señala que la cifra es mayor debido a que el Estado no incluye en sus datos la cantidad de menores que se dedican al «trabajo oculto», es decir, un empleo informal o doméstico. En 2022 la población infantil de 5 a 17 años en el país ascendió a cerca de 2,5 millones, de acuerdo a cifras oficiales.
Como el propio INE explica en su web, el instituto trabaja junto a «la Secretaria de Trabajo y Seguridad Social (SETRASS) y World Vision Honduras, con el apoyo financiero del Departamento de Trabajo de Estados Unidos» en una Encuesta de Trabajo Infantil, un proyecto que arrancó el año pasado. «Es importante mencionar que desde el 2002 no se realiza una encuesta similar», afirma el INE. Y admite que «la Comisión Nacional para la Erradicación Gradual y Progresiva del Trabajo Infantil estima que existe una falta de información detallada y actualizada sobre esta problemática».
A pesar de que el Convenio 182 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) «sobre las peores formas de trabajo infantil» está ratificado por Honduras, muchos de los niños se desempeñan como recolectores de basura o pescadores, son explotados sexualmente o están en la mendicidad, lamentó Valladares. Otros niños trabajan como agricultores, sirvientes, comerciantes o mineros, mientras que a las niñas se les recargan las labores domésticas no remuneradas, según la organización humanitaria.
«El trabajo infantil es uno de los principales obstáculos para el acceso a la educación», enfatizó Valladares, quien indicó que, según proyecciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y Visión Mundial, más de 1,5 millones de niños «se encuentran fuera del sistema educativo» en Honduras. Muchos niños y niñas, según el experto, «se sumaron a las actividades de sobrevivencia familiar en diferentes modalidades de trabajo» debido al impacto de la pandemia de covid-19, enfermedad que también obligó a los menores a abandonar las aulas de clases.
Acabar con el trabajo infantil «es un desafío de país», subrayó Valladares, quien considera que uno de los «epítetos que tiene esta crisis [la de la pandemia] es la generación perdida en términos de educación».
lgc (efe/ine)