Recientemente una extraordinaria pieza de teatro “Delirios de Libertad”, me permitió regresar a mis tiempos de diplomático en Rusia y a la memoria de Miranda
Fuente: El Universal . Julio César Pineda.
Una de las experiencias más importantes en mi carrera diplomática fue mi labor desempeñada en la Embajada de Venezuela en Moscú, como Ministro Consejero; y Encargado de Negocios. Esta vivencia profesional y personal me permitió conocer de cerca al pueblo ruso y al pueblo ucraniano y el espíritu común, noble y generoso de ambas nacionalidades. Por eso la necesidad del diálogo y la negociación para una solución pacífica entre estos dos estados soberanos cuya guerra absurda aun se prolonga creando una situación de inestabilidad en todo el sistema internacional.
Un ilustre venezolano que une a estos dos pueblos y que sus historiadores y escritores lo reconocen como el mejor vinculo entre la Europa Oriental y América Latina es el prócer venezolano Francisco de Miranda. Recientemente una extraordinaria pieza de teatro “Delirios de Libertad”, me permitió regresar a mis tiempos de diplomático en Rusia y a la memoria de Miranda.
Francisco de Miranda visitó la gran Rusia de los zares en 1786. Como conocedor de la geopolítica de esos tiempos se trasladó a la Rusia imperial para solicitar el respaldo para la independencia latinoamericana de ese imperio que precisamente con Catalina II por su enfrentamiento con España podría darle el respaldo necesario. El caraqueño sabía que desde 1784 comerciantes y barcos rusos estaban presentes en la isla de Kodiak, cerca de Alaska, y su proyecto de llegar hasta California. La preocupación del Reino de España frente a una posible incursión rusa en este continente los condujo a apresurar, una incursión en California desde 1768, y ya para 1779 dominaban el sur de América del Norte. Como lo relata el profesor J.G. Lavretski en su libro sobre “Miranda” el gobierno ruso de la época había hecho pública su voluntad “para defender sus derechos sobre las tierras descubiertas por navegantes rusos”.
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Miranda desde los Estados Unidos visualizó la posible ayuda a nuestras independencias y por eso partió hacia Inglaterra, luego a Holanda deteniéndose en Praga, Viena, Venecia, Florencia, Roma y a la Republica de Dalmacia que tenía relaciones diplomáticas con Rusia. Allí inició sus vínculos con el imperio ruso, Rusia en ese momento se enfrentaba a España y el venezolano buscaba la asistencia necesaria para la independencia de nuestro país. Los diplomáticos rusos allí y más adelante en Grecia, lo pusieron en contacto con las autoridades del gobierno de Catalina II. En agosto de 1786 Miranda se dirigió en barco al territorio ruso entrando por el mar negro. Allí permaneció cuatro meses compenetrándose con la geografía y la historia de esa región. En Kiev la actual capital de Ucrania, durante tres meses estuvo cerca de Catalina II y su Corte Imperial. En Moscú y en San Petersburgo estableció relaciones estrechas con la elite intelectual, política y militar y especialmente con el hijo de Catalina II, quien posteriormente fue el Emperador Pablo I. El Príncipe de Potemkin lo presento a la Emperatriz y se incorporó a varias de las actividades de la Corona. La audiencia principal de Catalina II fue en Kiev y mantuvieron una excelente relación.
Miranda inició su viaje desde Jerson en la Ucrania de hoy hasta Moscú, conoció la historia de este país que se formó en la Alta Edad Media alrededor de Kiev, conquistada por los mongoles, posteriormente dividida entre polacos, lituanos y tártaros. El Imperio ruso siempre la consideró esencial para su proyección hacia los mares calientes. Ucrania quiso ser independiente en los tiempos de la revolución bolchevique, pero fue Lenin quien le dio legalidad en 1921 y la anexo URSS. Siempre han existido dos Ucrania una vinculada a la Europa Occidental y otra más cercana a Moscú. Independiente con la caída del muro de Berlín, Ucrania escogió el camino de las democracias occidentales, por eso la reacción popular en el 2014 cuando el presidente Janukovich quiso sumarse a Rusia. Rusia reaccionó porque vio la pérdida de influencia en la región y se anexó la importante Península de Crimea y sosteniendo a los separatista de las actuales dos Repúblicas, solo reconocidas por Moscú, Donetsk y Luhansk. Es una de las razones de esta guerra para volver al Imperios de los Zares y a la Unión Soviética.
En cuanto a Rusia, ha perdido el poderío de la época imperial. Los países que eran de la URSS se han incorporado a la Unión Europea y la mayoría quiere ser miembro de la OTAN. El presidente Putin quisiera rehacer en una síntesis la Rusia de los Zares y el Imperio Soviético. Desde el año 2000 dirige la política y diplomacia de Rusia. Sus intervenciones en Georgia y ahora en Ucrania son una advertencia para Occidente y especialmente para los miembros de la OTAN, donde además de la confrontación militar que estamos viviendo se presencia una Guerra electrónica en el espacio cibernético, y podríamos llegar a ser testigos del primer conflicto del empleo de armas nucleares.
En la historia de Rusia siempre ha habido la tendencia desde Pedro El Grande de acercarse a Europa Occidental y alejarse de Asia. En realidad, dos corrientes se enfrentan desde esa fecha: Pedro El Grande contra los boyardos, luego los occidentalitas contra los eslavófilos y, en el seno mismo del movimiento obrero del siglo XXI, poniendo sus esperanzas en el campesino ruso y los socialistas democráticos bajo la influencia marxista y posteriormente con la revolución democrática de M. Gorvachov que marcó una nueva era para Rusia. Más que cualquier otra, la geopolítica rusa recuerda así la primacía de la geografía sobre la ideología; el comunismo no modificó este hecho, y los horizontes de Stalin no difieren de los zares: unificar los diversos pueblos que habitan el país, construir una barrera protectora contra las amenazas del oeste y del este, tomar el control de los estrechos para acceder a los mares cálidos, hacia el Atlántico; estrechos turcos, hacia el Mediterráneo y cerrojo japonés hacia el Pacífico.
Por Miranda conocimos parte de la historia de esos territorios y su cultura, hoy convertidos en escenarios de confrontación militar, con todas las características de lo que podría ser una tercera guerra mundial, por las implicaciones de las grandes potencias; China con Rusia y Estados Unidos con la Unión Europea en el seno de la OTAN.
Como lo señalé antes, recientemente recordamos la historia de Miranda en Ucrania y en Rusia con una producción teatral extraordinaria bajo el titulo “Delirios de Libertad”, el espectáculo muestra el encuentro imaginario entre Simón Bolívar, Catalina La Grande y Francisco de Miranda en el Inframundo. La Acción de la obra se desarrolla a partir del encuentro entre dos de los máximos representantes de la Independencia Latinoamericana Simón Bolívar y Francisco de Miranda en el inframundo, confrontados por la imagen simbólica medieval de Luxfero y la visión geoestratégica de la imponente figura de la Zarina de Rusia Catalina La Grande. El conflicto se inscribe en el eterno enfrentamiento del bien contra el mal, en la lucha y visión conjunta por la consolidación de la Patria Grande Colombeia. Presenciamos y conversamos con estos excelentes actores Dante Lombardi quien interpreta a Simón Bolívar, Evgeniya Medvedeva interpreta a Catalina La Grande, Rafael Ortiz interpreta a Francisco de Miranda y William Ivanov interpreta a Luxfero.
Delirios de Libertad es una Producción teatral que surge a partir de la alianza histórica de hermandad entre RUSIA Y VENEZUELA, estrenada en el marco del FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO PROGRESISTA 2023.
Sugerimos a su Director General Dante Lombardi, llevar esta pieza teatral a la academia y promover el estudio y conocimiento de Don Francisco de Miranda en esos tiempos de la Emperatriz Catalina II, los procesos de independencia de las repúblicas latinoamericanas y la situación actual de la geopolítica mundial.
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