JAIME RINCÓN
Hacía tiempo que no se veía a una Argentina que desprendiese tan buenas sensaciones. Demasiado tiempo sin mostrarse como lo que es, una potencia eterna aspirante al título en los grandes torneos y con un amplio abanico de figuras que garantiza compettividad, donde sea y contra quien sea. Y así es ahora la albiceleste, la selección de Scaloni, que a más de dos mil metros de altura y sin jugarse a nada ofreció una buena imagen, amén de llevarse los puntos del desierto de Calama.
Es posible que Messi nunca tuviese a una Argentina así a su alrededor. Puede que en Brasil 2014 tuviese más figuras, pero no más equipo. Scalonia ha conseguido que el equipo sea fiable defensivamente, con un plan ejecutado de manera clara y sin los complejos de tener que buscar a Messi hasta cuando está de vacaciones. En Chile, ante un combinado que posiblemente este viviendo el declive de su mejor generación, enseñó hechuras de equipo grande. Sin Messi, pero con Di María.
Di María, infravalorado
Poco se valora lo que es el ‘Fideo’ en el panorama futbolística de la última década. El del PSG es decisivo casi siempre cuando se enfunda la albiceleste. Y más si no está Leo. El extremo reventó el partido en el inicio con un destello de mucha calidad. Agarró un balón en zona de tres cuartos, inició la conducción y sacó la mira telescópica para colocar el balón lejos del alcance de Bravo.
Argentina controlaba a una Chile impotente pero La Roja encontró una rendija por la que se coló Brerertón, que en esta Chile juega a otra cosa. Se inventó un cabezazo casi sin espacios que se convirtió en una mágica vaselina. Empató Chile y eso rebajó la autoridad de Argentina. Bajo la creación de Nuñez y la insistencia de Breretón, Chile lo intentó con sus claras limitaciones y las armas justas.
Arsenal que sí tiene Argentina y que exhibió en otra jugada en la que, por cierto, Bravo tampoco estuvo afortunado. Un latigazo de Rodrigo de Paul lo dejó el meta del Betis rechazado en el punto de penalti. Allí apareció Lautaro para penalizar el error del guardameta.