Temporada / Miles buscan mantener sus piezas, muchas con décadas en las familias. Nacimientos se convierten en obras de arte populares que evolucionan con el tiempo
La Navidad en la capital es una celebración que trasciende las fronteras temporales, arraigándose en el corazón de sus habitantes. Una de las tradiciones más emblemáticas es la creación de nacimientos, esos belenes que recrean el momento del nacimiento de Jesús, y que año tras año se fusionan con la costumbre del árbol de Navidad, dando como resultado una singular mezcla de tradiciones que refleja la idiosincrasia de una capital que va cambiando sin perder parte de su esencia.
En los hogares caraqueños, la construcción del pesebre es una actividad que reúne a familias enteras. Con paciencia y destreza, grandes y chicos se dedican a armar las piezas, muchas veces con más de tres décadas en la familia. Las mismas se combinan con creaciones y escenarios en miniatura elaborados con cartón y pintados a mano.
Irma González, de 58 años, cuenta que “desde pequeña ayudaba a mi abuela a hacer el nacimiento. Ahora, con mis nietos, trato de mantener viva esta tradición. Les enseño que cada figura tiene un significado, y que construirlo juntos es una forma de fortalecer nuestros lazos familiares”.
Una obra de arte popular
El nacimiento caraqueño es una obra de arte popular que evoluciona con el tiempo. Sus figuras, inicialmente elaboradas en yeso, han dado paso a creaciones más modernas y resistentes, hechas con materiales como el cartón, la madera y hasta la cerámica. Hugo Monsalve, comerciante de artículos navideños, señala que “los pesebres alternativos están ganando terreno. La gente busca piezas más duraderas y fáciles de guardar. Sin embargo, el espíritu de la tradición se mantiene”.
“Muchos quieren seguir la línea de sus abuelos, con piezas tradicionales, un tanto más costosas, pero con esa energía que evoca la Navidad”, explica.
Unidos en un mismo espacio
La fusión del nacimiento con el árbol de Navidad es un fenómeno que se ha acentuado en los últimos años. El árbol, símbolo de la Navidad en muchas culturas, se ha adaptado a la idiosincrasia venezolana adornado con luces de colores, esferas, guirnaldas y figuras navideñas.
En muchos hogares se convierte en el centro de atención. Sin embargo, es el nacimiento, con sus humildes figuras, el que le otorga un carácter más íntimo y personal a la celebración.
Carlos Benavides, padre de dos niñas, comparte su experiencia cada año: “Para mis hijas, el nacimiento y el árbol son como un mundo mágico. Les cuento las historias de cada figura, y les explico la importancia de celebrar en familia. Creo que es fundamental mantener vivas nuestras tradiciones”.
La Navidad en Caracas es una fiesta que se vive con intensidad. Las calles se llenan de luces, los mercados ofrecen una gran variedad de productos navideños y las casas se engalanan con adornos que reflejan la alegría y la esperanza de esta época. Sin embargo, más allá de las luces y los adornos, la Navidad caraqueña es una celebración que se arraiga en el corazón de sus habitantes, gracias a tradiciones como la construcción del nacimiento y la adoración del Niño Jesús.
Lo clásico y la tecnología se dan la mano
La fusión del nacimiento con el árbol de Navidad es un ejemplo de cómo las tradiciones se adaptan a los cambios de la sociedad, sin perder su esencia. Pero hay una fusión nueva en la decoración de las casas, la iluminación LED.
Las luces LED (Diodo Emisor de Luz) son pequeñas fuentes de luz que consumen muy poca energía y generan muy poco calor. En comparación con las bombillas incandescentes o fluorescentes, las LED son mucho más eficientes y duraderas, además de seguras.
El cartón, un material sencillo y accesible, se convierte en el lienzo perfecto para dar vida a las figuras del nacimiento, mientras que las luces del árbol iluminan la escena, creando un ambiente mágico y acogedor.
Expertos y comerciantes dicen que al consumir menos energía y generar menos calor, las luces LED reducen significativamente el riesgo de incendios, especialmente cuando se utilizan en decoraciones interiores durante largas horas.
Además ofrecen una gama más amplia y vibrante de colores, lo que permite crear decoraciones personalizadas y temáticas. Se pueden encontrar desde los clásicos colores navideños hasta tonalidades más modernas y sofisticadas.