1 Timoteo 4:16
Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.
Hoy es un tiempo donde las falsas doctrinas se visten de Verdad y Santidad. Donde los ministros de las tinieblas se visten de ángeles de luz.
El apóstol Pablo sabía que en ese tiempo muchos buscaban mimetizar o ligar el Verdadero Evangelio no solo con filosofías de otras culturas, sino que también aprovechaban la ignorancia o buena intención de la personas para hablarles de un evangelio visto a su manera.
El apóstol Juan también hablo en sus epístolas sobre eso:
1 Juan 2:19
Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.
Pablo y Juan, aunque en momentos diferentes, escribieron con el mismo sentir, Las diferentes culturas y religiones querían hacer una reproducción del Evangelio según su conocimiento y otros querían con sus «Buenas Intenciones» imitar el Evangelio de Cristo.
Todo esto solo con el fin de no permitir que sus seguidores los abandonaran ya que su credibilidad estaba en la fama y popularidad que le daban sus seguidores ante otras personas y no en el Fundamento Real y Verdadero, ser Hijo de Dios por el Sacrificio de Jesucristo.
Habían visto lo conseguido por JESÚS y querían imitar no solo sus palabras sino convertirse en movilizadores de multitudes, sin entender que como copias solo estaban reproduciendo copias llenas de falsedad. Otros tambien tenían buenas intenciones, pero eso tampoco tendría resultado alguno.
Hoy, todavía nos encontramos con este error, hoy como cumplimiento de la Palabra de Dios hay muchos que con su filosofía teológica unida a su elocuencia han logrado subir a la cúspide y son reconocidos y famosos, pero alejados totalmente de Dios.
Algunos, llenos del conocimiento del Evangelio han logrado suprimir a muchos que quieren un cambio en sus vidas, y les dan lo que quieren escuchar, lo que desean oír para sentirse emocionalmente satisfechos, les dan por dosis un conocimiento venido de las Santas Escrituras, pero estructurado a la necesidad del oyente, y plasmado en Niveles de crecimiento o Condicionado a una acción u obra que el líder o autoridad determina.
Hay un solo fin, que las sillas permanezcan llenas, porque para ellos eso determina el triunfo de su ministerio.
Cambiaron el Evangelio, ya que el fin es ser ellos reconocidos y no que Dios Reconozca a sus Hijos para salvar sus almas.
En fin, la Gloria del hombre quiere estar por encima del Evangelio de Cristo, la popularidad está primero que La Verdad, y La Verdad es suplantada por una Misericordia permisiva No Venida de Dios.
Aún los escogidos serán engañados por este falso evangelio, un evangelio que seduce, atrae, llena templos y da al oyente una necesidad temporal que llena su vida, pero también va llenando de almas perdidas el mismo infierno.
Esas cosas deben ocurrir como cumplimiento de la Palabra de Dios.
Por los apóstoles Pablo y Juan dan un aviso trascendental a los cristianos de su tiempo, y que está más vivo que nunca en nuestro tiempo, más que un aviso, un alerta, para que aquellos que hemos creído en Cristo por medio del Fundamento de La Verdad llamado JESÚS, estemos atentos y tengamos mucho cuidado con ese evangelio que atrae y seduce pero que jamás dará frutos.
Pablo es más convincente cuando expresa;
Gálatas 1:8
Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.
Claramente Pablo nos dice, no hay otro evangelio terrenal ni espiritual, solo el Venido por medio de JESUCRISTO, palabra inequívoca e indubitable llena de Verdad:
El apóstol Pedro ratifica esa Palabra de Dios.
2 Pedro 1:19-21
Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;
Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,
porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
Si deseamos saber qué clase de Evangelio estamos viviendo, no espere a que nadie se lo diga o revele, vaya a Las Santas Escrituras y ahí usted y yo encontraremos La Verdad, Una Verdad venida de Dios, no del hombre.
Recordemos lo que La Palabra de Dios nos manda: Tengamos Cuidado primeramente de Nosotros Mismos.
Dios los Bendiga, Su Hermano en Cristo, Williams B.🇻🇪 Vzla.